"Somos muchas y valientes" 2018

Anoche estuvimos en la proyección de cuatro cortometrajes, organizado por el Colectivo Cámara Lenta y promovida por el Centro de Documentación María Zambrano del Instituto Andaluz de la Mujer. Pudimos ver 'Dies de festa' (Clara Martínez Malagelada, 2017); 'Diferencias' (Isabel Alberro, 2017); 'Andrekale' (Maria Ibarretxe y Alaitz Arenzana, 2016) y 'Los pestiños de mamá' (Marta Díaz de Lope, 2016)
Salimos contentos y entusiasmados por la calidad técnica y artística de todos los cortos. "Dies de festa" es la historia de una chica que quiere reconstruir historias y lazos familiares en Sitges, luego de que la muerte del patriarca -su abuelo- destruyera las relaciones entre los herederos. Aunque por momentos desliza algunos problemas de ritmo -probablemente intencionales-, destaca por una preciosa fotografía y un par de escenas memorables, como la conversación telefónica de la protagonista con su tío y un diálogo que me quedó grabado en la memoria: "La familia ha muerto". Un tema, la familia, que por cierto resultó ser recurrente en la muestra.
"Diferencias" resultó interesante por su golpe de efecto final, que luego se hace evidente cuando recuerdas el desarrollo de la historia. De nuevo la familia y las presiones sociales que recibe es la temática que plantea, con un final que luego puede generar conflicto. El corto termina siendo una especie de abreboca de otra historia: la decisión que pueda tomar la pareja con respecto al nacimiento de su primer bebé y lo que eso conlleva en sus vidas cotidianas.
"Andrekale" resultó poéticamente hermoso y reivindicativo de una serie de valores en los que podemos reconocernos, todo a través de la presentación de una "calle de las mujeres" que revive el mito de tres diosas que le dan su razón de ser a este espacio de interacción cotidiano.
Finalmente, tenemos que confesar que "Los pestiños de mamá" nos ha arrancado las lágrimas. Una historia hermosa de tres hermanas y una vecina que intentan resolver sus conflictos mientras recuerdan cómo se cocinan los pestiños de su madre apenas fallecida. Es imposible no conectarse con un relato emotivo, bien actuado -con la maravillosa Pepa Aniorte a la cabeza-, resuelto en el breve espacio de una cocina. Con razón ha ganado unos cuantos premios en los festivales que ha participado.